Si hay algo más, no lo digas, guardatelo en la lengua.
Las vistas mutadas de mi conciencia con respecto a la vida, la estancia en la soledad,
los torbellinos repletos de emociones de sangre y miel.
Cuando te toca el sol las costillas desnudas, sobre el perfil de la piel, sobre las rocas;
me encuentro cínicamente suspendida en tu recuerdo, en tu aura, en tu cielo frustrado que es el mio.
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